Proyecto

viernes, 2 de diciembre de 2011

Día a día.


Poema inspirado en la vida y obra de José Marti.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Recitados José Martí, Azorin.

Jorge Juan
Jorge Juan y Santacilia (Novelda, Alicante; 1713 - † Madrid; 1773) fue un científico y marino español.
1734 se embarcó, junto con Antonio de Ulloa, en la expedición organizada por la Real Academia de Ciencias de París.
En la expedición se determinó que la forma de la Tierra no es perfectamente esférica y se midió el grado de achatamiento de la Tierra.
En 1757 fundó el Real Observatorio de la Armada, en San Fernando (Cádiz) y en 1760 fue nombrado jefe de escuadra de la Armada Real.
Sus restos se encuentran en el Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando (Cádiz).




AZORIN:
José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, más conocido por su seudónimo «Azorín» (Monóvar, Alicante, 8 de junio de 1873  Madrid, 2 de marzo de 1967),1 fue un escritor español, además de novelista, ensayista y crítico literario.
Datos importantes de su Biografia
Casi siempre hace crítica teatral de obras de fuerte contenido social y ya refleja sus inclinaciones anarquistas. En 1895 Azorín publica dos ensayos, en los que presenta al público las principales teorías anarquistas.
Escribe una trilogía de novelas autobiográficas donde ya utiliza su definitivo seudónimo, «Azorín», que empezó a usar en 1904. A partir de 1905 el pensamiento y la literatura de Azorín están ya instalados en el conservadurismo. Comienza a colaborar en ABC donde participó activamente en la vida política.
Tenía ya una larga trayectoria en la prensa madrileña.
En 1924 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
En 1946 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.
En sus últimos años se mostró apasionado y asiduo espectador cinematográfico.



Castilla (fragmento)
"No puede ver el mar la solitaria y melancólica Castilla. Está muy lejos el mar de estas campiñas llanas, rasas, yermas, polvorientas; de estos barrancales pedregosos; de estos terrazgos rojizos, en que los aluviones torrenciales han abierto hondas mellas; mansos alcores y terreros, desde donde se divisa un caminito que va en zigzag hasta un riachuelo. Las auras marinas no llegan hasta esos poblados pardos de casuchas deleznables, que tienen un bosquecillo de chopos junto al ejido. Desde la ventana de este sobrado, en lo alto de la casa, no se ve la extensión azul y vagarosa; se columbra allá en una colina con los cipreses rígidos, negros, a los lados, que destacan sobre el cielo límpido. A esta olmeda que se abre a la salida de la vieja ciudad no llega el rumor rítmico y ronco del oleaje; llega en el silencio de la mañana, en la paz azul del mediodía, el cacareo metálico, largo, de un gallo, el golpear sobre el yunque de una herrería. Estos labriegos secos, de faces polvorientas, cetrinas, no contemplan el mar; ven la llanada de las mieses, miran sin verla la largura monótona de los surcos en los bancales. Estas viejecitas de luto, con sus manos pajizas, sarmentosas, no encienden cuando llega el crepúsculo una luz ante la imagen de una Virgen que vela por los que salen en las barcas; van por las callejas pinas y tortuosas a las novenas, miran al cielo en los días borrascosos y piden, juntando sus manos, no que se aplaquen las olas, sino que las nubes no despidan granizos



El escritor (fragmento)
Absolutamente nada. Nada que se salga del carril cotidiano. La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado? Trabajemos día tras día ¿Dónde está nuestro Leteo? En el afán diario. O acaso, a través de la obra hacemos ese dolor más delicado. ¡Cincuenta años escribiendo... Desde los tres quinquenios con la pluma en la mano. Ímpetu, fervor, perseverancia, entusiasmo... Ha pasado mucho tiempo y los años cargan sobre mis hombros... Todo lo que asciende, desciende... Cuando podemos ya esperar, habiendo visto correr tanto tiempo lo ciframos en la obra cumplida. "

Frases:
Los hombres de acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción.”
Si lo pensamos, veremos que muchos de los disgustos que nos sobrevienen lo son por palabras innecesarias.”


Lo que más ávidamente amamos: lo pintoresco y lo imprevisto.”


¿Qué sería un escritor sin esa traba que le obliga a sutiles vueltas y revueltas para decir lo que no se puede decir? La técnica literaria sale ganando.”



José Julián Martí Pérez
fue un político, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Perteneció al movimiento literario del modernismo.


En “Mi poesía” de Versos Libres dirá:
No la pinto de gualda y amaranto
como aquesos poetas; no le estrujo
en un talle de hierro el franco seno;
y el cabello dorado, suelto al aire,
ni con cintas retóricas le cojo:
no: no la pongo en lindas vasijas
que morirían; sino la vierto al mundo
a que cree y fecunde, y ruede y crezca
libre cual las semillas por el viento.


En “contra el verso retórico...” de Flores del destierro  nos dice:
Contra el verso retórico y ornado
el verso natural.  Acá un torrente:
aquí una piedra seca.  Allá un dorado
pájaro, que en las verdes ramas brilla
...........................................................
acá la huella fétida y viscosa
de un gusano...     

En su “Musa Traviesa” de Ismaelillo nos dice: 
Me siento, cual si en magno
templo oficiase;
cual si mi alma por mirra
vertiese al aire;
cual si en mi hombro surgieran
fuerzas de Atlante.  

Canto de otoño” de Versos Libres:
... y amé la vida
porque del doloroso mal me salva
de volverla a vivir.  Alegremente
el peso eché del infortunio al hombro:
porque el que en huelga y regocijo vive
y huye el dolor, y esquiva las sabrosas
penas de la virtud, irá confuso
del frío y torvo juez a la sentencia... 


domingo, 25 de septiembre de 2011

LITERATO AZORÍN

HISTORIA:
Escritor y crítico literario español nacido en Monóvar, Alicante, el 8 de junio de 1873 y fallecido en Madrid el 2 de marzo de 1967. Su verdadero nombre fue José Augusto Trinidad Martínez Ruiz. De familia burguesa de corte conservador, Azorín fue el mayor de nueve hermanos, estudiando bachillerato en Yecla, pasando después a Valencia para estudiar Derecho al tiempo que empezaba a publicar artículos y críticas (sobre todo de obras teatrales) en diversos periódicos.
Sus inclinaciones anarquistas están claras tanto por las obras que más valora (de gran contenido social) como por sus lecturas y traducciones (De la patria, de Augustin Hamon o Las prisiones de Kropotkin). Poco a poco se fue haciendo un nombre en el periodismo republicano, llegando a conformar, junto con Baroja y Maeztu el grupo de los Tres.
Después de haber usado multitud de pseudónimos publica una trilogía autobiográfica a principios del siglo XX en la que ya usa el habitual de Azorín. Sus posturas van poco a poco haciéndose más conservadoras, llegando a ser cinco veces diputado. Con la dictadura del general Miguel Primo de Rivera Azorín abandona la actividad política al negarse a colaborar con el directorio militar. En 1924 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Afín al alzamiento militar de 1936, huyó de la zona republicana, volviendo a España tras el fin de la guerra a instancias de Ramón Serrano Suñer, ministro del Interior. Azorín fue uno de los más importantes críticos literarios de su tiempo. Como prosista, destaca su estilo conciso y simple, muy descriptivo, a la manera impresionista. En 1946 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. En sus últimos años se mostró apasionado y asiduo espectador cinematográfico.

OBRAS:
Su producción literaria se divide fundamentalmente en dos grandes apartados: ensayo y novela. También escribió algunas obras teatrales, experimentales y de escaso éxito.
La producción literaria de Azorín tiene también un gran valor estilístico. Su forma de escribir, muy peculiar, se caracteriza por el impresionismo descriptivo, por el uso de una frase corta y de sintaxis simple, por el menudeo de un léxico castizo y por las series de dos adjetivos unidos por una coma. Como ensayista dedicó especial atención a dos temas: el paisaje español y la reinterpretación impresionista de las obras literarias clásicas.

Ensayo:
• Ruta de Don Quijote (1905)
• Clásicos y modernos (1913)
• Los valores literarios (1914) • Al margen de los clásicos (1915).
• La Andalucía trágica





Novela: (Las novelas de Azorín se pueden dividir en cuatro etapas)
Primera etapa:
• La voluntad (1902)
• Las confesiones de un pequeño filósofo (1904)
• Antonio Azorín (1903)
Segunda etapa:
• Doña Inés (1925) • Don Juan (1922)
Tercera etapa:
• Félix Vargas (1928)
• Pueblo (1939)
• Superrealismo (1929)
Teatro:
• Old Spain (1926)
• Brandy, mucho brandy (1927)
• Comedia del arte (1927)


Fragmento de su obra ''El escritor''

Absolutamente nada. Nada que se salga del carril cotidiano. La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al atuzar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado? Trabajemos día tras día ¿Dónde está nuestro Leteo? En el afán diario. O acaso, a través de la obra hacemos ese dolor más delicado. ¡Cincuenta años escribiendo... Desde los tres quinquenios con la pluma en la mano. Ímpetu, fervor, perseverancia, entusiasmo... Ha pasado mucho tiempo y los años cargan sobre mis hombros... Todo lo que asciende, desciende... Cuando podemos ya esperar, habiendo visto correr tanto tiempo lo ciframos en la obra cumplida. "

Poema sobre el fragmento

Los dias pasan dia tras dia,
siguiendo siempre la misma melodia.
Nada nuevo espero que ocurra,
solo dejo que la vida trascurra.
Y mirando el cielo comienzo a pensar,
¿algo nuevo va a pasar?
Lo cierto es que no lo creo,
pero tampoco va a ser ese mi desvelo.
Porque tras cincuenta años escribiendo,
la poesia en mí sigue surgiendo.
Y al pasar toda mi vida
doy mi obra por cumplida.



Video sobre la Casa Museo Azorín:



Lucía Gómez, Lidia García, Alicia Candela y Alex Lucena.